Francia presentó su proyecto de ley contra el despilfarro y a favor de una economía circular, medida que debería permitir la reducción de los desechos y mejorar el reciclaje. Prohibir el uso único del plástico a partir del 2020, reciclar el 100% del plástico en 2025 y expandir el principio de pago por contaminación: la ley en contra del despilfarro y a favor de la economía circular "será un verdadero cambio ecológico", presumió el 7 de julio la secretaria de Estado Brune Poirson, durante la Transición Ecológica, en el diario 'Le Journal du Dimanche'. El texto, esperado por las empresas, las administraciones locales y las asociaciones de consumidores y defensores del medioambiente, será examinado por el Parlamento, en medio de un contexto de crecientes expectativas por parte del público.
"Tal vez sea exagerado decir que se trata de un cambio mayor pero hay medidas interesantes, sobre todo en cuanto a la información para el consumidor, la reparación de los aparatos o la movilización del sector de Construcción (BTP)", estima Thibault Turchet de la ONG Zero Waste France, contactado por France 24.
La posibilidad de reparación de los equipos electrónicos se evaluará sobre 10. Al igual que los mecánicos hoy en día, los reparadores podrán ofrecer piezas de recambio de segunda mano. Y al igual que los almacenes físicos, los distribuidores en línea deberán aceptar la devolución de productos usados para vender cualquier producto nuevo. El texto prohíbe la destrucción de productos no-alimenticios nuevos (que cuesta 650 millones de euros al año en Francia) pero no precisa si deberán ser reutilizados o reciclados.
Para reforzar el principio de pago por contaminación, un "bonus-malus" incitará a incorporar materiales reciclados en los productos. En realidad, es una modificación para aumentar las eco-contribuciones que constituyen hasta un 20% del precio de los productos. Además, el texto obligará a que los nuevos sectores se encarguen del tratamiento de sus desechos, hasta el momento financiado por el sector administrativo. Juguetes, artículos de deporte, de bricolaje, cigarrillos (30 mil millones de colillas arrojadas al año en Francia, entre las cuales una buena parte está en la naturaleza) y las toallitas húmedas serán el objetivo a partir de 2024.